La buena nueva, entonces, consiste en la oportunidad para tomar el control político de la agenda ejecutiva sin miedo y generar el Gran Renacimiento, para el beneficio de las naciones y sus habitantes

El proceso que viene, será como reconstruir cada país como si hubiera enfrentado una guerra.

Llevamos casi 24 meses bajo un golpe de estado global. En 1992 Francis Fukuyama predicaba el «final de la historia y el último hombre«, con un libro que sacudió al medio intelectual de aquel entonces, derivado de la caída de la «cortina de hierro», de los países de la órbita de la URSS.

Sin embargo, desde el 18 de octubre de 2019 estamos sufriendo un feroz intento por lograr un fin forzado de la historia y la aniquilación sistemática y metódica del hombre, gracias a una «iluminada concentración» de sujetos «divinos» que han reunido recursos e influencias, para alcanzar objetivos alejados de la moral y las buenas costumbres.

Actualmente, tenemos un escenario que se ha visto congelado por múltiples hechos que se comienzan a comprender cuando se sabe del macro plan denominado «The GREAT RE_SET» (El gran reinicio), liderado por el Foro Económico Mundial. En Código Cyphex hemos tratado latamente sobre el particular en múltiples artículos, desde 2020.

Hemos invertido cientos de horas a la investigación acerca del modo y el ritmo de cómo hemos llegado a caer a este precipicio global.

Tales hechos ya son historia moderna y los libros lo reflejarán en sus relatos, para que las futuras generaciones traten de aprender sobre los errores de los antepasados, si y solo si todo resulta bien.

Precisamente, el artículo de esta ocasión se ocupará sobre el caso de resultar bien. ¡En marcha!

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Confieso que me tomó días enfocar este artículo, porque tenía que «diseñar» un escenario afín a los intereses del grueso de la población, especialmente iberoamericana.

Tenemos una cultura similar, esparcida por decenas de países, a lo largo y ancho de miles de kilómetros, en el océano Pacífico y el Atlántico. La fortaleza está en la disposición de recursos naturales y mano de obra especializada. Aun falta el nivel de industrialización para agregar valor a la extracción de materias primas. Pero, incluso eso es superable, si se toman las decisiones inteligentes, aquellas que por décadas y centurias, los dueños del capital no quisieron casi asumir antes. Ya es tarde para aquellos. Probablemente, esos señores deban «ausentarse» por un buen tiempo de sus países, por razones de «fuerza mayor».

El buen escenario tiene relación con la recuperación de la soberanía de los habitantes de los países, doblando la mano a las fuerzas que ejecutan la agenda 2030, el plan de eugenesia global.

Si, antes de pensar en alguna normalidad, es preciso destruir dicha agenda.

Cada uno en su país, a estas alturas, ya debe sospechar cuáles son los temas a los cuales hay que abordar, para comenzar una recuperación integral que tomará décadas para desarrollar. Porque, digamos las cosas como son: Estamos bajo un estado de guerra. Una guerra de cuarta generación.

Luego, el proceso que viene, será como reconstruir cada país como si hubiera enfrentado una guerra. ¿No me cree? Vaya y compare las estadísticas económicas y sociales de 2020 y 2021 con los indicadores entre 1939 y 1945.

En esta década, los únicos sectores que crecieron de modo grotesco, fueron aquellos relacionados con las famosas «big tech». Casualmente, todos son miembros del Foro Económico Mundial, muy comprometidos con el GREAT RE_SET y la agenda 2030.

Los grandes perjudicados son aquellos sectores de las llamadas micro-pequeña y mediana empresa. Justo, este rango de empresas son las que mayor volumen de empleo generan para sus países.

Por lo tanto, hay que recuperar la libre iniciativa. La libertad de emprendimiento. Pero deberá pensar en afrontar el desafío casi sin dinero, porque se supone que el sistema financiero ya ha colapsado y no hay casi liquidez para repartir por medio de préstamos flexibles. Las grandes corporaciones difícilmente devolverán dineros, porque estarán escondidos en los paraísos fiscales y en esquemas empresariales multinacionales tan complejos, que las investigaciones podrían extenderse por años y no llegar nunca al final de la cadena.

¿Qué sucedería, por ejemplo, con el mercado crypto? Es un gran misterio. Si confiamos a los objetivos fundacionales del White paper de Satoshi Nakamoto, debería ser parte del buen escenario. Insisto, si el término de la guerra es favorable y quedamos en el bando vencedor.

Recordemos, la economía es una ciencia social. Por mucho que se valga de algunas herramientas de cálculo, econometría, estadísticas y finanzas; sigue siendo un objeto de estudio dependiente del comportamiento humano y su relación con el medio ambiente. Por cierto, esta disciplina deberá incluir profundos cambios para su posterior estudio y análisis. Definitivamente han quedado artificialmente destruidos más de 200 años de evolución histórica. El WEF ha logrado su cometido sobre un gran reinicio. Pero el buen gran reinicio no será el preprogramado en las oficinas del WEF. Cada pueblo será responsable de su propio «gran renacimiento«.

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El primer síntoma es la pérdida del miedo. Resulta que por años nos han querido convencer de que el miedo es normal. Cuando la persona, la familia y la sociedad vive en un estado de miedo, se toman las peores decisiones. Se destruye la condición de humano normal. La fe y el amor propio refuerzan la confianza, disfrutando de un bienestar común superior. Claro, el mecanismo de la sociedad funciona para todos en la misma dirección: Crecimiento y desarrollo integral, en la medida que la población se vea comprometida a hacerse cargo de su destino, a través del ejercicio ejecutivo de su calidad ciudadana. La soberanía no se delega ni menos se remata al mejor postor.

El gran renacimiento viene por una reformulación política de la sociedad, que define lo que quiere y se organiza inteligentemente para responder a las preguntas básicas de la economía: ¿Qué producir? ¿Para quién producir? ¿Cómo producir?

Conectar a la gente con las necesidades elementales que aseguran la supervivencia y la generación de valor para lograr los necesarios excedentes que permiten los intercambios favorables entre las sociedades. Aprovechar las ventajas con las que cada pueblos cuenta. Ventajas Naturales y Ventajas Adquiridas. Donde sea mayor la capacidad productiva, se define la matriz de actividades económicas a las que una nación se dedica.

El gran renacimiento, primero, valora aquello que la sociedad es capaz de generar a un costo razonable para las familias. El gran renacimiento, pasa por la capacidad de levantar una sociedad que se respete a sí misma y tenga la libertad de disponer de los recursos precisos que la lleven a satisfacer las necesidades que sean para cuidar un estándar de vida consistente con la dimensión del valor que es capaz de generar.

El nuevo punto de equilibrio de la oferta y demanda debe ubicarse en un lugar donde la libertad, el estado de derecho y el respeto por la vida, confluyen hacia el máximo espíritu nacional de cada país.

La buena nueva, entonces, consiste en la oportunidad para tomar el control político de la agenda ejecutiva sin miedo y generar el Gran Renacimiento, para el beneficio de las naciones y sus habitantes. Depende de cada uno de nosotros, en el momento y el lugar que sea preciso responder ante un desafío histórico, que requiere de la fortaleza más profunda y superior que hayamos desplegado en nuestras vidas.