Sabemos que la CBDC es una moneda digital (token) emitida y controlada por un banco central.
Durante la última década, hasta la fecha, 134 países y uniones monetarias han explorado la CBDC, y 66 países ya se encuentran en etapas avanzadas de implantación.
Zerohedge, nos trae una reflexión vista desde ojos canadienses, pero que bien se puede extender al resto del planeta.
El panorama en Canadá
En 2023, el efectivo representó tan solo el 11 % del total de pagos realizados por los canadienses, según el mismo Bank of Canada. Porque los consumidores utilizan sus tarjetas de crédito y débito en los cajeros; realizan transferencias electrónicas bancarias o utilizan la banca en línea para pagar facturas, realizar inversiones y donar a organizaciones benéficas.
Actualmente, las monedas metálicas funcionan menos como dinero de intercambio y más como «fichas» para espacios de lockers o conseguir temporalmente un carrito de compra en un supermercado. En tanto, los billetes de papel son para tarjetas de cumpleaños, no para transacciones «importantes». Una nueva legislación en Quebec faculta a las fuerzas del orden para presumir que las sumas en efectivo de 2,000.00 dólares o más provienen de actividades ilícitas.
Si bien la mayoría de los consumidores parecen apreciar la comodidad de una economía cada vez más digital, una CBDC supone un cambio radical respecto al uso de tarjetas de crédito y aplicaciones de banca en línea. Una CBDC probablemente conduciría a una economía sin efectivo, en la que todas las transacciones financieras podrían ser supervisadas y controladas por el gobierno.
Una economía sin efectivo generaría graves dificultades para las personas sin conocimientos tecnológicos o sin acceso a internet. Luego, para los canadienses que gestionan sus finanzas electrónicamente, el efectivo sigue siendo esencial para proteger sus derechos y libertades, incluyendo su privacidad, seguridad y autonomía.
En una economía sin efectivo, todas las transacciones son digitales, están sujetas a vigilancia y, en última instancia, al control gubernamental. Las CBDC permiten a los gobiernos recompensar o penalizar a los canadienses por sus decisiones personales sobre cómo vivir, adónde ir y qué hacer con su dinero.
Los gobiernos pueden usar las CBDC para restringir cuándo, dónde y qué se permite comprar a las personas, lo que genera un nivel de control similar al famoso sistema de «crédito social» de la China comunista. China utiliza el «crédito social» para recompensar a los ciudadanos que apoyan al Partido Comunista y sus normas y políticas. Quienes critican al Partido pueden verse impedidos de subir a un tren, avión o metro, verse privados de un préstamo bancario o de matricular a sus hijos en las mejores escuelas y universidades.
El efectivo, por sí solo, permitió a estos canadienses comprar alimentos, pagar sus facturas de calefacción en invierno y cubrir otras necesidades básicas. Si la economía canadiense hubiera estado sin efectivo en febrero de 2022, la congelación de cuentas bancarias por parte del gobierno habría causado mucho más daño.
Cuando los gobiernos hicieron obligatoria la nueva vacuna contra la COV!D-19 en 2021; imponiendo la pena de ciudadanía de segunda clase por incumplimiento, utilizaron códigos QR para convertir los historiales médicos personales y privados en documentos cuasi públicos que debían mostrarse a desconocidos que trabajaban en restaurantes, gimnasios y cines. Con este historial de violación de la privacidad de los ciudadanos, ¿por qué dudarían los gobiernos en controlar en qué gastan su dinero los canadienses?
Grave amenaza
La CBDC podría existir sin que los gobiernos violen los derechos humanos y las libertades constitucionales.
En teoría, una CBDC podría diseñarse sin restricciones programables, al igual que se imprime dinero sin tales restricciones. (Después de todo, los billetes de papel no se queman espontáneamente al intercambiarlos por cosas «incorrectas»). Asimismo, una CBDC podría diseñarse para maximizar la privacidad y el anonimato de los usuarios.
Pero en la práctica, ¿qué gobierno (o qué político o burócrata) resistiría la tentación de usar la CBDC como herramienta para controlar a los ciudadanos? Si se prohíbe el efectivo y se reemplaza por una CBDC, el gobierno tiene una poderosa herramienta para ejercer un control absoluto, demasiado íntimo, sobre la vida de cada canadiense.
Una CBDC proporciona a políticos, burócratas y banqueros un acceso a nuestra vida privada. Por lo tanto, una CBDC representa una grave amenaza para los derechos y libertades consagrados en ka constitución. Depende de los canadienses hacer de la CBDC un tema de debate en las próximas elecciones. Los votantes deberían instar a sus diputados y representantes provinciales a aprobar leyes que protejan el efectivo y el derecho a usarlo.