La administración Trump está explorando una nueva arma política, para continuar la denominada guerra comercial que USA lleva a cabo. El objetivo se expande hacia la expulsión de las empresas chinas de las bolsas de valores estadounidenses.
Hasta ahora hemos visto la etapa de imposición de aranceles masivos a China, en un intento por recuperar el comercio mundial. Sin embargo, funcionarios de la administración y partidarios del presidente se inclinan cada vez más por la posibilidad de excluir de la bolsa a las casi 300 empresas chinas que cotizan en las bolsas estadounidenses.
Esta expansión de la guerra comercial traería una serie de efectos traumáticos para todo el planeta. Un rápido vistazo:
1. Impacto en los mercados financieros
– Volatilidad inmediata: Las bolsas estadounidenses (NYSE, Nasdaq) sufrirían caídas abruptas por la salida masiva de capital chino, estimado en cientos de miles de millones de dólares en activos. Empresas tecnológicas (como Apple o Tesla) y bonos del Tesoro, donde China tiene grandes participaciones, serían los más afectados.
– Fuga de capitales global: Otros mercados (Europa, Asia) podrían experimentar contagio por el pánico inicial, aunque también podrían beneficiarse al recibir inversiones chinas redirigidas desde USA.
2. Consecuencias para el comercio mundial, Guerra comercial amplificada:
China podría responder con represalias como:
– Restricciones a empresas estadounidenses en su mercado (ej. Boeing, agricultura).
– Aceleración de la desdolarización, promoviendo el yuan en transacciones globales.
– Disrupción en cadenas de suministro: Sectores como semiconductores o productos farmacéuticos, que dependen de inversiones bilaterales, enfrentarían escasez y aumento de costos.
3. Reconfiguración geopolítica
– Fortaleza del bloque alternativo: China impulsaría aún más sus propias bolsas (Shanghái, Shenzhen) y alianzas con mercados emergentes (por ejemplo: BRICS), reduciendo la hegemonía financiera de USA.
– Riesgo de fragmentación: Podría consolidarse un sistema financiero bifurcado: uno liderado por Occidente y otro por China, con estándares y monedas distintas.
4. Efectos a largo plazo:
– USA: Pérdida de credibilidad como mercado abierto, posible depreciación del dólar y aumento de tasas de interés para atraer capital.
– China: Aceleraría su autonomía tecnológica y financiera, aunque enfrentaría desafíos iniciales por la reducción de acceso a liquidez en dólares.
– Economías emergentes: Países como Brasil o India podrían verse obligados a «elegir bandos», exacerbando tensiones económicas regionales.
¿Daños colaterales?
El escenario tras la expulsión de los capitales chinos, desde las bolsas de USA, sería un punto de inflexión con impactos superiores a la guerra anterior comercial de 2018-2020.
Estimaciones preliminares sugieren una contracción del comercio global de hasta un rango de 3% a 5% en el primer año, con efectos inflacionarios persistentes. La interdependencia actual hace que una medida tan radical sea improbable sin negociaciones previas, pero su realización marcaría el inicio de una nueva era de proteccionismo financiero.
— Chinese Embassy in US (@ChineseEmbinUS) April 16, 2025
Sabiendo esto, el secretario del Tesoro de USA, Scott Bessent, afirmó que «todo está sobre la mesa» cuando fue consultado al respecto la semana pasada. Kevin O’Leary, de «Shark Tank», y un firme aliado de Trump, argumentó que esto ayudaría a presionar a China para que «se siente a la mesa» en las negociaciones. Y el senador Rick Scott (republicano por Florida), cuya preocupación por las empresas chinas en las bolsas estadounidenses se remonta a años atrás, ve la postura inflexible de Trump hacia China como una posible oportunidad para intensificar el escrutinio sobre esas entidades y expulsarlas definitivamente.
El mismo senador declaró que: “Los mercados de capitales estadounidenses son la envidia del mundo, ya que brindan un acceso inigualable a la financiación a empresas de todo el mundo. Sin embargo, este privilegio conlleva responsabilidades, entre las que destacan la transparencia y el cumplimiento de nuestras normas de divulgación financiera”, en una carta reciente al presidente entrante de la SEC (Comisión de Bolsa y Valores), Paul Atkins. “Es alarmante que las empresas chinas sigan disfrutando del acceso al capital estadounidense mientras se niegan a cumplir nuestras normas”.
No está claro cuán seriamente se está considerando la idea en la administración Trump. Pero la renovada atención a la exclusión de empresas chinas de la bolsa subraya la estrategia sin límites que USA está adoptando hacia China.
Sin embargo, existe mayor claridad sobre la voluntad de ambos gigantes económicos para enfrascarse cada vez más en lo que promete ser una guerra comercial prolongada y potencialmente brutal.
Por su parte, los ejecutivos de Wall Street advierten sobre el potencial de los aranceles para trastocar las cadenas de suministro, la inversión y la contratación, mientras persiste el temor a una recesión mundial.
La exclusión de inversionistas chinos de las bolsas estadounidenses, en extremo, podría desencadenar un riesgo elevado de recesión global e incluso condiciones cercanas a una depresión económica, dependiendo de la escalada de medidas y contramedidas.
Pero, cualquier decisión que tome el gobierno de Trump, podría llegar en un momento muy delicado, pues los mercados ya se han visto sacudidos por la vertiginosa guerra comercial desatada, haciendo que las exclusiones masivas de acciones podrían impactar aún más a los inversionistas. En los fríos números, analistas de Goldman Sachs estimaron en un informe de investigación la semana pasada, que restringir las inversiones estadounidenses en acciones chinas, podría resultar en aproximadamente 800 mil millones de dólares en ventas de liquidación.
A estas alturas, estamos hablando de una destrucción mutua asegurada, arrastrando a todo el planeta hacia un precipicio de gran miseria por largo tiempo.