Son muchos los avisos que están indicando que inevitablemente el fondo del precipicio es el escenario más probable, no solo para el denominado imperio estadounidense. Tristemente, esta locomotora coyuntural se llevará muchos de los «vagones» occidentales que arrastra.
Como vimos meses atrás, cuando revisamos «The Great Taking», estas señales vienen apareciendo hace más de 30 años. Siguiendo con el concepto, Zerohedge desarrolla la idea sobre la caída del impero y no es muy esperanzadora.
El camino libre del déficit
USA está añadiendo un nuevo billón de deuda pública cada cien días, en camino a 35 billones de dólares. Mientras tanto, el déficit está a punto de superar los 2 billones de dólares; en perspectiva, todos los ingresos federales durante el gobierno de George W. Bush promediaron alrededor de 2 billones de dólares.
Considerando sólo los intereses de la deuda, superarán el billón de dólares, eclipsando incluso el presupuesto militar de USA.
El siguiente ítem después de eso es el gasto de Medicare, que junto con la Seguridad Social tiene su propio pasivo no financiado de 78 billones de dólares , según su propia Junta de Síndicos; las estimaciones externas son más altas.
Ahora bien, nada de esto sorprende, ya que los gobiernos, por naturaleza, intentan gastar demasiado. De hecho, gran parte de la historia económica se compone de gobiernos que intentaron desesperadamente financiar sus montañas de deuda. Y así fue que la deuda derribó a Roma, primero con hiperinflación y luego con un ejército quebrado, que los bárbaros superaron.
También la historia lo demuestra una y otra vez, la deuda derribó a España, mientras el oro del Nuevo Mundo financia una toma gubernamental efectiva del sector privado. Derribó a Francia, arruinada por financiar guerras extranjeras (en este caso, la Revolución Americana). Los Qing colapsaron bajo la deuda e incluso Gran Bretaña, que fue propietaria de la mitad de la tierra durante casi cien años.
Por esto generaron la llamada «Carta Magna» (las Constituciones), cuando los reyes (en su tiempo) pidieron más dinero. Así fue como después crearon los bancos centrales, primero Gran Bretaña y luego el resto del mundo, autorizando impresores de dinero a cambio de financiación mediante deuda.
Hasta el día de hoy, la deuda pública hunde a los países, desde Turquía hasta Venezuela y Nigeria están atravesando actualmente crisis de deuda, y Argentina intenta desesperadamente sobrevivir del pago de una.
¿Hacia dónde va?
Sospechamos que los inversores dejarán de comprar deuda pública (bonos del tesoro), excluyendo a los gobiernos y provocando una austeridad masiva y una inflación vertiginosa a medida que el gobierno reduce sus gastos.
Siguiendo la lógica de la historia, el gobierno reducirá los billones que prometió (comenzando con la Seguridad Social y el Medicare) y luego se retirará hasta donde pueda pagar a la «Guardia Pretoriana» y, por cierto, no mucho más.
En resumen, una vez que la deuda llega a la línea mágica, Washington pasa de ser «el hada madrina» a ser un animal salvaje, dejando a la ciudadanía a merced de cuanta amenaza aparezca en el camino. Históricamente, esto ocurre mucho más rápido de lo que la gente imagina.
El panorama de la deuda
Cómo se disparó la deuda nacional, según el gráfico de Statista, basado en información del FMI:
En todos los países exhibidos… la deuda subió, se disparó… Ahora, como ejercicio, revisa si tu país ha aumentado la deuda en el mismo período y cuánto ha sido. El gráfico llega hasta el 2020. Sin embargo, recordemos que la gran mayoría de los gobiernos, se endeudaron de forma monstruosa desde entonces, merced al asunto del bicho y las inyecciones experimentales corporativas.
Retornando a USA, los hechizos de gastos de Washington D.C. pueden detenerse. De hecho, pudieron detenerlos en los años ´90s. Entre 1997 a 2000 tuvieron superávits presupuestarios por un total de casi 600 mil millones de dólares. La clave fue el estancamiento, porque lo dos partidos imperantes, se despreciaban tanto, que lo único en lo que podían ponerse de acuerdo era en sabotear los planes del otro.
Actualmente, la fotografía muestra que los demócratas alimentan a su ejército de activistas (operadores políticos) a expensas de los contribuyentes, mientras que los republicanos están preocupados de dar billetes a Ucrania.
¿Dónde queda el ciudadano promedio?
Si, por ejemplo, el presidente Trump se enfrentara a un Congreso demócrata que lo odia tanto que bloquea todo lo que hace. O, al contrario, si sucede un extraño fenómeno y gana el señor Biden otra vez (igual como sucedió el 2020), podría quedar sometido a una posición minoritaria ante un Congreso de mayoría republicana.
Mas, como se puede intuir, probablemente ganará el presidente Trump en noviembre, además de arrasar en ambas cámaras del congreso, con dominio republicano total. En ese caso, no habría pretextos para distraerse de la reparación política de USA, tanto interna como externa. Es una gran oportunidad histórica para un pueblo que se ha visto hiper superado en los últimos años y que, cual boxeador caído sobre la lona del ring, está bajo la cuenta regresiva de 10. No hay tiempo ni margen de error.