La Cumbre del Futuro, realizada en septiembre de 2024, presentó un Pacto para el Futuro (Resolución A/RES/79/1), orientado a la acción y negociado a nivel intergubernamental, con capítulos sobre:

  • Desarrollo sostenible y financiación para el desarrollo;
  • Paz y seguridad internacionales;
  • Ciencia, tecnología e innovación y cooperación digital;
  • Jóvenes y generaciones futuras; y
  • Transformar la gobernanza mundial.

La Cumbre también produce un pacto digital mundial y una declaración sobre las generaciones futuras (Resolución 76/307) que se adjuntaron al Pacto.

El Pacto pretende tener el potencial de promover un sistema multilateral que refleja realidades actuales, para brindar resultados para todos. Siempre las intenciones de estos organismos son las mejores, pero otra cosa es que realmente sean funcionales a los intereses de los ciudadanos.

Puedes revisar el Pacto para el Futuro aquí.

El Pacto Global se consolida

El evento celebrado en New York, se dividió en dos “días de acción” y dos días de “la Cumbre”. Ambos bloques son juegos de nombres diferentes para destacar una mecánica de exhibición grandilocuente. El resultado, como sabemos, fue la aprobación del documento del “Pacto para el Futuro”: Consiste en 81 páginas de discurseo político sin sentido que se vuelve casi ininteligible (lo que James Corbett llama “globalés”).

De esta manera, los líderes mundiales adoptaron el Pacto para el Futuro, que además incluye un Pacto Digital Mundial y una Declaración sobre las Generaciones Futuras. Esto ya comienza a inquietar. Naciones Unidas difunde su alegría:

Este Pacto es la culminación de un proceso inclusivo que duró años para adaptar la cooperación internacional a las realidades de hoy y a los desafíos del mañana. El Pacto, que es el acuerdo internacional de mayor alcance en muchos años y que abarca áreas completamente nuevas, así como cuestiones sobre las que no ha sido posible llegar a un acuerdo en décadas, tiene por objetivo sobre todo garantizar que las instituciones internacionales puedan cumplir con su cometido frente a un mundo que ha cambiado drásticamente desde su creación. Como ha dicho el Secretario General, “no podemos crear un futuro adecuado para nuestros nietos con un sistema construido por nuestros abuelos”.

Cabe mencionar que a los abuelos no les preguntaron acerca de la Visión 2045 de la ONU.

El Pacto para el Futuro se aprobó sin votación. ¿Por qué se aprobó sin votación? Porque hace dos años, la Resolución A/RES/76/307 de la ONU acordó de antemano:  «(…) que la Cumbre adoptaría un documento final conciso y orientado a la acción titulado “Un Pacto para el Futuro”, acordado de antemano por consenso mediante negociaciones intergubernamentales (….).

La Asamblea General de las Naciones Unidas, entonces, aprobó el «Pacto para el Futuro«, que tiene una naturaleza no vinculante. Mientras Rusia y otros países (respaldadas por Sudán, Siria, Irán, Bielorrusia y Nicaragua) presentaron una enmienda, la que fue rechazada por 143 votos a favor contra solo 7 en contra, y 15 abstenciones. Así, el Pacto fue adoptado «por consenso», porque no requiere unanimidad.

Pero, revisaemos un poco la telenovela en la ONU:

El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Vershinin, afirmó:

Desde el principio, quienes coordinaron el trabajo sobre el borrador incluyeron en él solo lo que les dictaron principalmente los países occidentales. Los puntos de discordia se acumularon y nunca se resolvieron. Ninguna de nuestras solicitudes de sentarnos en la mesa de negociaciones y discutirlos fue atendida. Esto no es lo que se considera y se llama multilateralismo, sobre el que a muchos les gusta hablar. (Declaración ante la ONU, el 22 de septiembre).

Por su parte, Sergei Lavrov, ministro de relaciones exteriores de la Federación de Rusia, señaló:

El futuro de nuestros pueblos no puede ser inventado en un tubo de ensayo con la participación de la Secretaría de la ONU y los lobbystas occidentales. Es importante tomar una decisión sobre este asunto en las condiciones de las negociaciones y lograr un equilibrio de intereses”.

Es cierto, si el bloque occidental desestimó conversaciones con ciertos países, no hay multilateralismo. Pero, aún así, esta agenda ha sido aceptada de todas maneras, porque no hubo real oposición, ni menos renuncias.

Además, el Pacto reformula el Consejo de Seguridad de la ONU, que actualmente conforman 5 miembros permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, China y Rusia), incluyendo un nuevo miembro por cada continente.

Por Latinoamérica, el  nuevo miembro elegido sería Brasil, que cuenta con el apoyo de los actuales miembros de dicho Consejo. Estos países seguirán con el poder de veto en las decisiones que se tomen en el pleno de las Naciones Unidas. Ya conocido el Pacto para el Futuro, los objetivos establecidos son diversos:

    • La imposición de que se deben respetar las tradiciones indígenas aún si son contrarios a las leyes de cada país.
    • Condicionar todo financiamiento internacional al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
    • Mover la  frontera de cumplimiento de los puntos de la Agenda 2030 hacia el año 2045.
    • Aprobar el Pacto Digital Global, obligando a las redes sociales a revelar los datos de los usuarios.
    • Se impone a los países el «estilo de vida» vinculado al reciclado para que haya «desechos cero» y ejercicio de la «economía circular».
    • Exigir que todas las inversiones tengan un componente de economía sustentable.
    • Fortalecimiento de todas las formas de gobernanza global, debilitando la soberanía de los países y su autonomía de acción política.
    • Modificar la estructura del Consejo de Seguridad de la ONU para sumar un miembro permanente por cada continente.
    • Limitar la compra de armamento para el gasto en políticas sociales, de género y ecologistas.
    • Establece que toda forma de cuidado es un trabajo, incluso el cuidado en la familia, que debería ser subsidiado por el Estado.

Pero como hemos visto desde septiembre de 2015 (cuando se aprobó implementar la agenda 2030), las políticas locales de casi todos los gobiernos del planeta han provocado un desastre internacional. Los 17 puntos del desarrollo sostenible de la agenda 2030 solo han hecho que las naciones del mundo caigan en una desgracia masiva, como así mismo, la ONU se ha convertido en el sepulturero del orden nacional soberano.

Lo único seguro será la condena a la miseria de las naciones. Solo basta revisar los indicadores relevantes de economía, educación y seguridad (por poner ejemplos sencillos), para comprobarlo. Como venimos diciendo hace tiempo: «This is extremely dangerous to our democracy».

Las naciones que menos impongan este panfleto, serán aquellas que tendrán un mejor porvenir en 2045.