Telegram bajo la doctrina del shock, que es la herramienta favorita para manejar masas con rapidez, eficiencia y efectividad. Otros le llaman «Fear BlitzKrieg», para referirse al fenómeno de empujar a las masas hacia lugares narrativos donde el establishment empuja. No es preciso explicar mucho más, dado que ya conocemos muy de cerca, en carne propia, lo que significa.
Pavel Durov, CEO de Telegram, estuvo detenido en Francia varios días, bajo acusaciones que parecen que fueron sacadas incuso desde la misma biblia. Acaso Durov es la serpiente misma, según el Estado francés… si, el mismo Estado que aprobó las ceremonias de apertura y cierre de los Juegos Olímpicos de 2024.
El shock que se ha expandido sobre la masa, especialmente vinculada a la esfera «crypto» se expresa, por ejemplo, con el aumento importante de instalaciones de Telegram, especialmente en Francia. También, se expresa en la cotización del token TON, que en las primeras horas tras el anuncio de la detención de Durov, sufrió un impulso bajista de casi 15%.
Los fans digitales de la libertad de expresión, de inmediato comenzaron una campaña en twitter para expresar su malestar. Esto, a pesar de que el mismo twitter tuvo problemas para mostrar los posts con «#Telegram» en el mismo momento.
¿Fear BlitzKrieg?
Buena pregunta. la respuesta no es tan obvia como puede parecer. Recordemos, estamos bajo el efecto «Fear BlitzKrieg», de modo que los sentimientos distorsionan la razón.
Pero, en ese estado orgiástico de miedo, revisemos qué significa Durov y qué podemos esperar respecto a lo que suceda no solo con él, sino con Telegram y con la libertad digital de expresión.
𝐓𝐨𝐝𝐚𝐲, 𝐓𝐎𝐍 𝐒𝐨𝐜𝐢𝐞𝐭𝐲 𝐥𝐚𝐮𝐧𝐜𝐡𝐞𝐬 𝐚 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐨𝐟 𝐢𝐭𝐬 𝐤𝐢𝐧𝐝 𝐢𝐧𝐢𝐭𝐢𝐚𝐭𝐢𝐯𝐞 𝐭𝐨 𝐮𝐫𝐠𝐞 𝐅𝐫𝐚𝐧𝐜𝐞 𝐭𝐨 #FREEDUROV.
An Open Letter Mini App in Telegram.
Anyone who values privacy and freedom of speech should sign this letter to French… pic.twitter.com/i46ohO7F9G
— TON Society 🆓 (@ton_society) August 27, 2024
Censorship Non Stop
Pero la ola de censuras no termina aquí, puesto que también twitter se ha visto amenazado por el Estado de Brasil. No solo bastó con obligar al cierre de operaciones locales de twitter en Brasil, sino que también le cortó el acceso a la plataforma a los millones de usuarios de ese país.
Estas costumbres totalitarias se han vuelto recurrentes cada vez que uno o varios Estados nacionales han querido «tapar o esconder hechos verídicos nocivos que afectan a la población», porque los políticos y/o corporaciones se involucran en estas manipulaciones de terrorismo mediático y uso del poder político en desmedro de los ciudadanos. El asunto del bicho del 2020 y su posterior serie de inyecciones dan cuenta de lo afirmado.
El mismo Zuckerberg (Director de META) ha confesado que debió censurar para cumplir con las exigencias de la administración Biden en USA.
Entonces, nos encontramos en un momento delicado, que denota el interés de un pequeño grupo de personas influyentes, filántropos, CEO´s, periodistas, «paneles de expertos» y una gran gama de especímenes que solo se ocupan de fastidiar a los ciudadanos cada día, todo el día. Mientras los ciudadanos cada vez deben pagar más impuestos y recibir menores prestaciones, para financiar una agenda monstruosa que ha sido impuesta a la fuerza, con regímenes tiránicos o directamente dictatoriales, al más puro estilo de modelos soviéticos, tristemente célebres.
Los Estados nacionales, especialmente occidentales, están sucumbiendo ante la incapacidad de sostener las narrativas degeneradas. Por eso, dichos Estados se ven en la necesidad de forzar las narrativas con todos los recursos que bien hemos ido reconociendo en el transcurso del tiempo. Operaciones de bandera falsa, dialéctica hegeliana, ventana de Overton, etc.
La justicia francesa imputó, el miércoles 28 de agosto, al fundador de Telegram, de origen ruso, con una serie de cargos vinculados al crimen organizado, pero lo dejó en libertad bajo control judicial y con la prohibición de abandonar el país.
Es probable, de acuerdo a otros casos relativamente similares (Wikileaks; MEGAUPLOAD), que finalmente el director fundador de Telegram sea encarcelado. En ese caso, las autoridades negociarán con el equipo de administración de la app, para que cumpla con los deseos de censura y acceso a la información de los millones de usuarios.
Hace pocas semanas Julian Assange fue liberado de su cautiverio de más de 10 años en Reino Unido, pero tuvo que declararse culpable ante un tribunal de USA para su absolución de cargos. Es decir, tuvo que reconocer culpabilidad de delitos… por el hecho de decir las verdades. Por su parte, el fundador de MEGA Upload, Kim Dotcom, lleva años de cautiverio en su país de origen (New Zealand), resistiendo las acusaciones que le hacen desde USA.
Entonces, ¿Para qiué #FreeDurov?
Telegram es otro aviso. La libertad de expresión se involucra con la necesidad de informar hechos fidedignos. El gran problema sucede cuando el público objetivo de estas informaciones no tiene la capacidad de captar la información, procesarla, analizarla y obtener resultados concretos verídicos para una correcta toma de decisiones. Pero, por mucho que unos pocos valientes luchen por la libertad de expresión, de nada sirve si el grueso de la población no se da por enterada y sigue validando a los abusadores del poder de los Estados nacionales, las corporaciones, los medios del terror y las redes sociales prostituidas por nefastos intereses cobardes.
Para cerrar el artículo, quisiera imaginar que esto ya se acaba, que la censura se ha terminado en el planeta, como una amarga pesadilla de medianoche. Pero, por desgracia, debo admitir que muy probablemente, la censura se profundice y siga amenazando con mayor intensidad a una población indiferente y mal informada.