Estamos viviendo una era de máxima tensión, más que una mera locura financiera, en casi cualquier actividad de la vida humana, sin  importar de qué se trate, la degeneración o desnaturalización de las cosas es el nuevo estándar.

Algo así como lo que Friedrich Nietzsche denominaba «La transvaloración de todos los valores». Y, a propósito de los valores, la economía, las finanzas, no quedan exentas a este fenómeno «moderno».

Resumen cronológico esencial

La norma de Bretton Woods terminó en 1971, a manos de la administración Nixon. El final del patrón oro y el posterior inicio de la era del petrodólar. La importancia de realizar los pagos por la energía del petróleo, exclusivamente en el dólar de USA. Este modelo funcionó bien para USA, durante casi 50 años. En realidad funcionó bien para un puñado de corporaciones multinacionales, en desmedro de un planeta que se fue desangrando en el transcurso del tiempo.

El inicio del remate de este modelo fue un doloroso proceso, a partir de la crisis subprime de 2008 (de USA hacia el resto del planeta). Desde entonces, hemos sufrido intensamente una tortuosa agonía económico-financiera, gracias a la deuda que se fue generando durante el último medio siglo. La emisión monetario solo sucedía sobre la base de deuda y más deuda de los países con bancos internacionales (principalmente con sede en Suiza, Reino Unido, USA, Francia y China).

Así, el respaldo financiero sólido de las naciones se fue evaporando. Ni las materias primas, ni siquiera el trabajo, eran garantía de valor, al final de este ciclo.

Y así, hasta agosto de 2024; tenemos que solo USA ya ha superado la espantosa cifra de USD 35 billones (trillones en la cultura anglo). Una deuda tan grotesca, que ya es impensable pagarla. No hay activos suficientes en el mundo para pagar con todos los compromisos financieros, tanto de USA como en todo el mundo.

Ya vimos, tanto en el artículo de «La Gran Apropiación», como también en el video de Cafecito Cyphex, el capítulo más probable que continuará dentro de poco tiempo.

Pero, al menos, veamos cómo sigue funcionando esta locura financiera global.

El Sistema Bancario o la locura financiera

Al principio, los bancos se utilizaban para almacenar el dinero de las personas a cambio de comisiones. En el transcurso del tiempo, los banqueros comenzaron a usar el dinero de los depositantes para invertirlo y obtener rendimientos financieros adicionales.

Así, por el hecho de mantener el dinero en el banco, el depositante «es recompensado» con un interés sobre el dinero, que es mínimo. Ahora, aquí surge un gran problema, que se relaciona con el valor del dinero en el banco. Si se mantiene el dinero durante largo tiempo, es afectado por la inflación, lo que significa menor poder adquisitivo.

Por otro lado, como gran riesgo, los bancos pueden volverse insolventes si y solo si una gran cantidad de depositantes quieren retirar todo el dinero desde las bóvedas del banco. Esto sucede porque los bancos tienen gran parte de los fondos de los clientes esparcidos en inversiones, donde muchas corresponden a capitales de alto riesgo, expuestos a oscilaciones temerarias en instrumentos especulativos insolventes o en bonos o pagarés de renta fija a largo plazo, haciendo que no tengan liquidez suficiente.

Pero el otro «negocio bancario» es conceder préstamos. Aquí ya comenzamos a entender esta locura financiera, denominado como «sistema de reserva fraccionaria». Es decir: «el dinero se genera gracias a las deudas que contraen los clientes del banco». Se autoriza al banco comercial para prestar el dinero una primera vez, pero también una segunda vez (descontando una fracción porcentual del préstamos inicial). Claro, el banco puede prestar el mismo dinero remanente, una tercera vez (descontando la misma fracción porcentual). Y así, una cantidad de dinero se puede prestar 10 veces, 20 veces…se sospecha que 30 veces inclusive. Pero el dinero es prestado cobrando tasas de interés a los deudores. Entonces, los bancos obtienen buenos ingresos desde los deudores. A veces, las tasas de interés son brutales. No, no se considera usura.

¿Es negocio que los clientes paguen todas sus deudas? Realmente NO. El negocio más sabroso consiste en que el deudor no pueda pagar. En ese caso, el banco entra a ejercer las garantías (prendarias o hipotecarias) que el deudor haya suscrito al momento de suscribir el préstamo. Obviamente, al banco le conviene quedarse con todo. Si, es como el juego «Monopoly». En otros caso es como un casino. y en otros, simplemente como la saga del film «El Padrino» (claro de Francis Ford Coppola).

¿Y si falla algo en la prestigiosa entidad bancaria?

No hay que ser un genio para intuir qué sucede si un banco no puede retornar los depósitos a los clientes.

Cuando esto acontece, generalmente los bancos comerciales deben ser rescatados por los bancos centrales, como fue el caso de las recientes quiebras de bancos de prestigio..

Los bancos centrales y su temeraria política monetaria…

Los bancos centrales son instituciones públicas que controlan la emisión del dinero, se «ocupan» de mantener baja la inflación, fijar los tipos de interés, entre otras cosas. Pero, del dicho al hecho… hay mucho trecho.

Cuando los bancos centrales suben el tipo de interés, provocan que el dinero se encarezca, porque el banco central presta dinero a los bancos a  «un precio mayor», por lo que la inflación baja (se reduce la oferta).

Cuando el tipo de interés baja, la inflación sube, provocando pérdida del valor del dinero y los productos deben subir de precios.

Luego, si el banco central mueve la tasa de interés, eso nos implica a todos, independiente si estamos atentos o no. La variación de la tasa de interés nos afecta si o si.

La semana pasada sufrimos el «caso del banco central de Japón», que subió marginalmente la tasa de interés. Ya vimos lo que sucedió…el banco central japonés tuvo que deshacer el cambio.

Claro, la política se vuelve temeraria a estos niveles.

Bien, por ahora dejaremos aquí la revisión de los apuntes. ¡Hasta el próximo artículo!