A medida que los bancos australianos continúan centrándose en las transacciones digitales para los clientes, los cajeros automáticos y las sucursales bancarias están desapareciendo en todo el país, según nuevos datos.
El análisis ha revelado que cerca de 460 sucursales bancarias han cerrado en todo el país en los últimos años, y que desde 2020 se han eliminado aproximadamente 3.800 cajeros automáticos que estaban activos.
Solo en Nueva Gales del Sur hay ahora 140 bancos menos en las tiendas, y casi 300 suburbios no tienen un cajero automático singular para sacar dinero. La historia es similar en Victoria, donde 120 sucursales han cerrado definitivamente sus puertas a los clientes.
«Los cierres tienen un impacto devastador en las comunidades locales», declaró la secretaria nacional del sindicato del sector financiero, Julia Angrisano.
«Se pierden puestos de trabajo, los negocios se ven afectados y desaparece otro servicio local. Los cierres han afectado mucho a las zonas regionales y rurales, y a los ciudadanos de más edad», añadió Angrisano.
Otro factor clave para el cierre de sucursales y la reducción de cajeros automáticos es el hecho de que los bancos obtienen una pequeña fortuna de las transacciones digitales diarias. A medida que Australia avanza hacia una sociedad sin dinero en efectivo, las comisiones del cliente o del vendedor por la banca online se han convertido en algo habitual.
En el mundo digital actual, se calcula que el 80% de los australianos prefieren realizar sus operaciones bancarias por Internet. Pero el 20% restante, es decir, los discapacitados o los que no tienen conocimientos digitales, han quedado desamparados.
Resulta revelador que CBA cuente ahora con 875 sucursales bancarias en todo el país, frente a las 1134 de febrero de 2020. Su número de cajeros automáticos se ha reducido a poco más de 2000 – en 2019 había 4118 cajeros en circulación.
El año pasado, la jefa de distribución de ANZ, Kath Bray, dijo que el cierre de sucursales bancarias era un signo de los tiempos, ya que las transacciones digitales son ahora el objetivo principal para muchos.