¿Por qué nos gusta la música?

0
342

¿Sabías que un ser humano que tenga una vida promedio de 80 años, pasará 13 de esos años escuchando música? Pero, ¿por qué hacer esto?, ¿qué aporta a nuestra evolución o desarrollo como especie humana?, ¿por qué lo hacemos?

Desde CdeCiencia intentan darnos la respuesta a ello y por eso nos comentan que hay varios factores a tomar en cuenta para responder la pregunta de por qué nos gusta la música.

En primer lugar existe una molécula llamada dopamina, que es la hormona del placer. Todo lo que nos gusta o motiva comporta una reacción de esta sustancia en nuestro cerebro. Ella se activa al momento de comer, conversar o hacer alguna actividad que ocasiona placer, como es el caso de la audición musical, en donde los niveles de dopamina aumentan cuando escuchamos nuestra música favorita.

En segundo lugar es necesario mencionar que existen básicamente, más no de manera exclusiva, dos tipos de instrumentos: de viento y de cuerda. Cada uno de ellos es construido de tal manera que al hacer sonar la columna de aire del primero y al vibrar la cuerda del segundo, se generan los llamados armónicos, los cuales son una serie de notas que se producen al hacer vibrar, por ejemplo, una sola cuerda de guitarra. Esto es lo que permite que podamos escuchar una nota musical en una altura específica.

En otras palabras, sin los armónicos no existiría la música, siendo ellos los responsables de que podamos por un lado, definir una nota, pero también de sentir placer al escuchar sonidos organizados y bien definidos, a diferencia del ruido que no posee armónicos y por lo tanto, notas. En este último caso, todo se escucha desordenado o caótico, siendo el cerebro aquel capaz de distinguir este hecho, es decir, diferenciar entre aquello que le gusta por ser claro, definido y agradable al oído y aquello que no lo es, generando así el respectivo placer.

Todo esto ocurre porque las matemáticas están implícitas en la música. Es más, la música es matemática. No me detendré en esto, pero sí les invito a ver el video de CdeCiencia que están al final del post para que entiendan cómo se da esta maravillosa relación. No se asusten, Martí Montferrer y Jaime Altozano lo explican de forma tan clara y evidente que no necesitamos saber de matemáticas, ni mucho menos de música.

En tercer lugar está nuestro cerebro, el cual mientras más complejo es más emociones es capaz de sentir, pero también de expresar debido a este espectro emocional amplio y complejo, en donde podemos transmitir dolor, tristeza, alegría, compasión, envidia, entre otros, además de ser capaces de conceptualizar cada una de estas emociones y comunicarlas a otros seres humanos (ejemplo, los emojis y stickers).

Esto significa que la música evolucionó a la par de la complejidad de nuestro pensamiento y capacidad de comunicarnos a través del lenguaje. Pensemos por un momento en el canto de arrullo de una madre que le canta a su hijo para transmitirle tranquilidad y amor, en el que se expresan emociones a través de notas musicales. Por lo tanto, la música es el lenguaje de las emociones a través de la cual podemos socializar y comunicarnos con otros.

Es importante recordar que somos seres sociales para los que la música nos permite estar en contacto y comunión con otras personas, ser parte de algo superior a nosotros mismos en un proceso de constante intercambio de información sofisticada y compleja tanto desde lo conceptual como emocional.

No en vano dedicamos la mayor parte de nuestras energías para socializar, ya que necesitamos hacer vínculos para sobrevivir, siendo la música, desde los inicios de la humanidad, aquella capaz de lograr esto, por lo que si ya nos gustaba, ahora nos empezó a gustar aún más. Es aquí cuando se produce la descarga de la mencionada dopamina, sintiendo placer cada vez que la música entra a formar parte de este proceso de socialización.

Y en cuarto lugar, está el componente de selección sexual. La capacidad de un ser humano de crear y dominar la música demuestra una inteligencia creativa y emocional elevada que lo puede distinguir del resto de los miembros de su comunidad, ya que le da un rasgo distintivo que lo hace más atractivo. Es decir, también somos seleccionados por lo bien que podemos llegar a hacer música, hecho que a lo largo de la historia, en nuestro proceso de evolución humana, se ha vuelto cada vez más complejo. Como dice Jaime Atozano: “… quizá por eso los músicos de rock ligan tanto”, lo que significa que tengan a todas las chicas detrás de ellos para tener relaciones sexuales.

A esto se suma el uso del ritmo. A diferencia de los instrumentos de viento y cuerda, más asociados con la melodía y la armonía (progresiones de acordes) en donde se emiten armónicos que causan placer, el ritmo no genera estos, pero sí es capaz de expresar sonidos percutidos de forma organizada y coherente, los cuales pueden generar placer a un oyente. Pensemos por un momento en el cortejo que se lleva a cabo durante un encuentro de baile, en el que si no hay ritmo sería imposible llevar a cabo esta actividad de socialización tan clave en las relaciones humanas al momento de realizar este ritual con otra persona.

Por cierto, este aspecto de nuestra vida cotidiana se ha convertido en algunos casos en una forma de selección natural entre los miembros de ciertas sociedades, lo que significa que si se desea establecer una relación con otra persona, se debe saber bailar siguiendo el ritmo. Esto lo que hace es demostrar nuestras condiciones físicas y coordinación motora, además de ser una forma de competir con otros miembros de nuestra especie para demostrar las habilidades que poseemos ante potenciales parejas.

Para conocer y comprender estos aspectos con más detalle te invito a ver el video de CdeCiencia, en donde no solo aprenderás muchas cosas más, sino que también te divertirás con estos Youtubers españoles, a los que recomiendo que coloques en tus favoritos para no perderte sus episodios llenos de diversión y aprendizajes.

Print Friendly, PDF & Email