Un equipo ha propuesto usar nanobots para crear la «Internet de los pensamientos», donde el conocimiento se puede descargar de forma instantánea con solo pensarlo.
Este equipo internacional de científicos -dirigido por miembros de UC Berkeley y el Instituto de Fabricación Molecular de EEUU- predice que el progreso exponencial en nanotecnología, nanomedicina, inteligencia artificial (IA) y computación conducirá este siglo al desarrollo de una ‘interfaz cerebro-nube’ humana (B-CI).
A través de la publicación Frontiers in Neuroscience, el equipo explicó que un B-CI conectaría neuronas y sinapsis en el cerebro a vastas redes de computación en la nube en tiempo real.
Este concepto no es nuevo para los escritores de ciencia ficción, incluido Ray Kurzweil, quien lo propuso hace décadas. De hecho, Facebook incluso ha admitido que está trabajando en un B-CI. Sin embargo, la fantasía de Kurzweil sobre nanobots neuronales capaces de engancharnos directamente a la web se está convirtiendo en realidad gracias a Robert Freitas Jr, autor principal del mencionado estudio.
Este nuevo concepto propone el uso de nanobots neuronales para conectar el neocórtex del cerebro humano -la parte más nueva, más inteligente y «consciente» del cerebro- al «neocórtex sintético» en la nube. Los nanobots luego proporcionarían monitoreo y control directo en tiempo real de las señales hacia y desde las células cerebrales.
“Estos dispositivos navegarían por la vasculatura humana, cruzarían la barrera hematoencefálica y se autoposicionarían con precisión entre, o incluso dentro, de las células cerebrales”, explicó Freitas. «Luego transmirán de forma inalámbrica información codificada hacia y desde una red de supercomputadoras basada en la nube, para el monitoreo del estado del cerebro en tiempo real y la extracción de datos».
Las cosas se ponen aún más salvajes cuando se considera el hecho de que esto podría permitir una capacidad de estilo Matrix para descargar montones de información en el cerebro. El B-CI podría incluso permitirnos crear un futuro «supercerebro global», según el equipo, conectando redes de cerebros humanos e IA para formar una mente en colmena.
El Dr. Nuno Martins, autor principal de esta última investigación, dijo que ese pensamiento colectivo masivo podría revolucionar a la humanidad. «Esta cognición compartida podría revolucionar la democracia, mejorar la empatía y, en última instancia, unir a grupos culturalmente diversos en una sociedad verdaderamente global», dijo.
Esto trae complejos desafíos
Al analizar cuáles son los desafíos para un B-CI en funcionamiento, el equipo ve la transferencia de datos neuronales hacia y desde supercomputadoras en la nube como el mayor obstáculo.
«Este desafío incluye no solo encontrar el ancho de banda para la transmisión global de datos», dijo Martins, «sino también cómo permitir el intercambio de datos con neuronas a través de pequeños dispositivos integrados en las profundidades del cerebro».
Una posible solución alternativa propuesta por el equipo incluye nanopartículas magnetoeléctricas que podrían amplificar esta comunicación, algo que ya ha funcionado en pruebas con ratones. Sin embargo, cómo hacer que estos nanorobots lleguen al cerebro de forma segura se considera el mayor desafío del proyecto.
“Se requiere un análisis detallado de la biodistribución y biocompatibilidad de las nanopartículas antes de que puedan considerarse para el desarrollo humano”, agregó Martins. «Sin embargo, con estas y otras tecnologías prometedoras para B-CI desarrollándose a un ritmo cada vez mayor, una ‘Internet de los pensamientos’ podría convertirse en una realidad antes del cambio de siglo».
Sin duda que la agenda del transhumanismo avanza aceleradamente mientras las personas siguen distraídas con las noticias apocalípticas diarias como la pandemia que ya está demostrado no es tan letal como afirmaban ser. ¿Será esto el combustible necesario para que las personas accedan a implantarse un nanobot solo por tener la gracia de creer que serán salvados?