La dialéctica hegeliana del establishment, liderada por las corporaciones «big-pharma», la fundación de Bill y Melinda, la Universidad Johns Hopkins, por supuesto, el infalible WEF (Foro Económico Mundial), con el apoyo incondicional de la OMS, naciones unidas y todas sus agencias, junto con todos los organismos supranacionales de toda actividad económica, social, política y un largo etcétera; más todo el Mainstream Media globalista disponible: TV, Radio, Prensa, Plataformas tecnológicas, informativas, diarios, revistas, hasta los suplementos del domingo, publicaciones de protección a las mascotas y otro largo etcétera, confluyen para construir un nuevo escenario de presentaciones (exhibiciones) del terrorismo más brutal que se haya visto, acaso desde la segunda guerra mundial.

Y es que resulta grosera la forma en que los mismos encargados de exponer y desarrollar el show entre 2019 y 2022; otra vez estén advirtiendo que viene el lobo. El lobo que ellos mismos crearon, soltaron y manejaron para arremeter contra los millones de personas.

Luego, sospechamos por experiencia, desde que realizaron el mítico «EVENTO 201», en octubre de 2019. Y esas visiones del EVENTO 201 se cumplieron desde el minuto cuando identificaron al murciélago que diseminó el mal por el mundo. Muchos expertos han señalado que es muy poco probable que las advertencias sobre una pandemia se concreten de forma tan inmediata en el tiempo, más aún como un brote pandé mico. ¿Es esto una coincidencia?

Peor aún, mientras se está «negociando» el nuevo tratado de plandemias (CA+) y el nuevo reglamento sanitario internacional, que deberían ser aprobados el próximo mayo, en la asamblea anual de la OMS, justo aparece el tema de una terrible enfermedad peor que el Coviet19. Le han denominado «X».

La “Enfermedad X” ha recibido mucha atención en los últimos meses, y con la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, «X” está recibiendo más atención y más dólares globales.

Estos tipos globalistas no avisan, cumplen metódicamente sus amenazas. Ya parece que comienzan a ejecutar los planes para la “Enfermedad X” (que puede ser cualquier cosa). Muchos profesionales de la comunidad médica (con pensamiento crítico) se preguntan: “¿nos están condicionando para otra fuga de laboratorio?” (programación predictiva).

Preparing for Disease X

Cuando la predicción es la ventana de Overton

“La ventana Overton”, en honor a su creador Joseph P. Overton, consiste en una secuencia concreta de acciones con el fin de conseguir un cambio radical de mentalidad del público, sobre determinados tema.

La realidad es que todas las advertencias sobre una posible pan-demia antes de 2020 fueron un maravilloso negocio para la «big pharma» (conocida como «pharmaffia») y para todo el complejo industrial farmacéutico. Se gastaron miles de millones de dólares en preparación para una pandemia. Por cierto, muchos de esos dólares se gastaron en experimentos peligrosos.

El doloroso tiempo que hemos padecido en los últimos años, nos demuestran que esos experimentos peligrosos, financiados con el pretexto de prepararnos para una pan demia, son los experimentos realmente responsables de la pan demia misma.

Como señala Leake en Substack del Dr. Peter McCullough,

«El hecho de que todo el esfuerzo de predicción se base en un pretexto falso no ha hecho nada para obstaculizar el crecimiento de una enorme industria de predicción de enfermedades infecciosas, a la que se han destinado cientos de millones de subvenciones».

La predicción es el pretexto para realizar peligrosos trabajos de ganancia de función en virus animales que se consideran los más propensos a dar el salto evolutivo de los huéspedes animales a los humanos.

No cerrarán los peligrosos laboratorios biológicos

Los mismos laboratorios peligrosos responsables de la fuga o la liberación deliberada de Coviet19 siguen  abiertos hoy, a pesar de la insistencia de los expertos para demandar el cierre. Por supuesto, no se puede esperar a que el “patógeno hipotético y desconocido”, que ahora se llama «Enfermedad X», escape (otra vez) o sea liberado maliciosamente (¿otra vez?) desde alguno de esos laboratorios. Claro, muchos médicos ya sospechan acerca de la credibilidad de la existencia del Coviet19.

Las inyecciones pueden ser peligrosas

También, se ha acusado a las inyecciones del Coviet19 de contener sustancias experimentales nocivas (los detractores de esta acusación son poco concluyentes y se limitan a alardear contra información falsa, rehuyendo del debate). Entre aquellas sustancias, el óxido de grafeno es apuntado para probar la conectividad a la internet y establecer masivamente el «IoB», el internet del cuerpo, donde todos los organismos reciben nanotransmisores que se conectan en forma remota con centrales informáticas de procesamiento de datos, para tener información de cada organismo en línea, en tiempo real, monitoreando cada detalle de la vida de cada persona. También así, se puede determinar quién está inyectado y quien no, gracias a esta conectividad. Existen patentes que demuestran esta latente amenaza (Nano coronavirus recombinant vaccine taking graphene oxide as carrier, por ejemplo).

Reflexiones Finales

Si estamos siendo testigos de nuevas amenazas de más enfermedades «misteriosas» con el disfraz de «X», en pleno desarrollo del Foro de Davos, es por algún motivo de peso.

No es la primera vez que el mismo Director de la OMS se toma el micrófono y advierte que se viene una enfermedad peor.

Tras las amargas experiencias ya sufridas, cuando el mismo Director del WEF, el Prof. K. Schwab, no perdió el tiempo para publicar un trío de obras literarias que explican y justifican esta «magnífica oportunidad para reiniciar todo». Los libros en cuestión son «La cuarta revolución industrial» (2016); «The Great Reset» (mayo de 2020), y «The Great Narrative» (diciembre de 2021).

Tomando los elementos considerados, no es preciso ser un genio para sospechar que el anuncio de la «Enfermedad X» es muy que probable que suceda.

Tal vez, Orwell y Huxley quedaron cortos en esas visiones futuristas distópicas que los hicieron tristemente célebres. Solo resta estar preparados para lo que esos líderes y las corporaciones que los manejan nos impongan. Esperar lo mejor y prepararse para lo peor, a fin de cuentas, la vida continua. O mejor dicho: «El show debe continuar».