Las elecciones del martes no podrían ser más consecuentes. Es una elección entre mantener a Estados Unidos como lo conocemos, o entregarlo a la élite globalista para que tome el control. Para muchos se trata de una lucha entre el bien vs. el mal, la libertad vs. la subyugación de la vida de la nación, rumbo a su completa desaparición.

Ni el General George Patton podría imaginar la dura pelea que se está librando en Estados Unidos de América.
Acontece una gran batalla entre discernimiento e ignorancia. Algunos están proponiendo una supuesta superioridad moral, porque están eligiendo a un candidato que tiene una trayectoria de 47 años en política, que no alardea ni jura, ni se jacta de sus logros personales. Puede que no respeten a Joe Biden, pero él es la opción más aceptable para este grupo de personas, tras un extraño proceso de primarias del partido demócrata.
Pero vemos su fundamento y el panorama general: el impulso para limitar las libertades e iniciar un nuevo orden mundial. Biden trabajará con la élite mundial, usando la pandemia para asfixiar a las economías del mundo y configurarlas según un nuevo diseño. Lo llaman el Gran Reinicio. Esta visión no viene de algún rincón extraño de la fantasía, esta es la base del Partido Demócrata y la visión del futuro como lo publica hasta la revista Time.
El Gran Reinicio
Vimos en 3 artículos anteriores de Código Cyphex sobre este tema, que la revista Time ha dedicado su portada y un reportaje especial al sueño globalista de Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial (WEF), sobre la pandemia Covid-19 que ha «brindado una oportunidad única para pensar en el tipo de futuro que queremos», un mundo donde «la gente se subleva cada vez más contra un sistema que perciben como injusto», e interviene para construir un sistema económico virtuoso.
La oportunidad es tan perfecta, que hace sospechar en un caso de dialéctica hegeliana: tesis, antítesis y síntesis.

Un vistazo local al Gran Reinicio
Esta economía poscapitalista se basa en «nuevos objetivos ambientales, sociales y de gobernanza». Esto significa que usarán sus valores para dar recompensas y castigos para obtener ciertos comportamientos, al igual que los comunistas chinos están usando un sistema de puntuación de crédito social. En ella, los que obedecen al gobierno de palabra y obra obran recompensas son los virtuosos. Aquellos que hablan en contra de la autoridad gobernante son castigados, no pueden pedir dinero prestado, viajar o inscribir a sus hijos en escuelas de libre elección.
El plan del WEF es ejecutar un sistema de recompensa/castigo con las corporaciones. Por ejemplo, aquellos que practican la «justicia racial» al promover arbitrariamente a la gente de color sobre otras razas, capacitar a los empleados en ideas marxistas y desinvertir en sus divisiones de combustibles fósiles, presumiblemente recibirán importantes beneficios tributarios.
Otras disposiciones incluyen salarios vitales obligatorios para todos y la adición de impuestos globales a los impuestos nacionales, municipales y estatales.
Inherente a la plataforma del Partido Demócrata y al Gran Reinicio es la reconstrucción de los suburbios, con una Ley de Vivienda Justa (AFFH). Bajo la AFFH, un plan de Obama que Joe Biden promete implementar completamente, los comisionados en las grandes ciudades tendrán acceso a la base impositiva suburbana, para re-distribuir los fondos como consideren pertinente. Los suburbios se verán obligados a ampliar las viviendas de la sección 8 en un plan masivo de integración forzada para eliminar el «privilegio» relativo a los suburbios.
Como estamos viendo en Portland, Seattle y Minneapolis (por ejemplo) para disolver la fuerza policial y reorientar los fondos hacia programas sociales probablemente se expandiría a todas las áreas urbanas y suburbanas.
La idea es crear ciudades apiladas y empacadas sin vehículos personales. Estados Unidos, que ahora es independiente generador de energía, dejará de producir y utilizar combustibles fósiles. Al igual que el Green New Deal, el Gran Reinicio requiere estrategias obligatorias de cambio climático, que sustituyan aviones y automóviles por trenes, bicicletas y caminatas. Nos veremos obligados a vivir en edificios y barrios herméticamente llenos porque los recursos se consolidarán en sectores de población concentrada.
Un virus al cual se puede sobrevivir en 99%
Esto es relevante, porque si las vacunas serían obligatorias con el control globalista de todo el sistema de salud. Cada persona tendrá un pasaporte médico digital que documenta su historial médico, incluidas las vacunas. ¿Quieres viajar? No podrás sin esa identificación. ¿No quieres vacunarte? ¡DELITO!
Insistimos, esto es para un virus que es 99% sobrevivible para los menores de 70 años, y ¡95% sobrevivible para los mayores de 70 años!
¿Piensa que no puede pasar?
La Corte Suprema de los Estados Unidos está a dos o tres senadores de ser capturados. En los pasillos políticos ya está hablando de «empacar la corte» con jueces liberales. Esto significa ampliar el tamaño de la Corte Suprema si ganan una mayoría. ¿Qué impediría que una Corte muy liberal aprobara leyes que venderían a Estados Unidos a los chinos, a la Unión Europea o a algún otro postor? La amenaza está latente frente a las ondas de oscilación de poderes.
Pecados de Familia
Imagine el riesgo para seguridad nacional de Joe Biden, cuyo hijo Hunter está siendo investigado por el FBI por delitos financieros. Una gran cantidad de datos de su computadora portátil mal asegurada revela documentos personales, números de teléfono celular para los principales políticos, y una adicción masiva al sexo, las drogas, pederestia y el porno. También fue publicado la semana pasada el testimonio tóxico del socio financiero de Hunter, Tony Bobulinski, quien confirmó grabaciones y mostró correos electrónicos en el show de Tucker Carlson. La familia Biden está fuertemente ligada al gobierno chino a través de inversiones con recortes que fueron para «big guy» Joe, mientras era vicepresidente de Estados Unidos.
Sofistcada guerra
Sin duda, la Gran Amenaza del Gran Reinicio compromete a todo el planeta, debido al diseño que están aplicando ya, a espaldas de las personas en todo el mundo. Y algunos países están muy avanzados, como China, España y Argentina. Otras naciones ya están en camino hacia la implantación de este nuevo orden mundial, mediante procesos disfrazados de «nuevas oportunidades» para alcanzar los objetivos propuestos, que coincidentemente se conectan el 2030 con los objetivos de la Agenda 2030.
Este duro combate se proyecta en el tiempo y el espacio, porque establecerá el paradigma de cara al núcleo de este siglo. Una visión globalista inyectada de modo forzado mediante el «Great Reset» contra una visión antagonista, que mantiene las decisiones soberanas en cada nación, de acuerdo a una configuración que valora las libertades y capacidades de los países, de acuerdo a los intereses de sus ciudadanos.
Mientras somos testigos del proceso de desglobalización que estamos sufriendo, guste o no, los resultados de estas elecciones son trascendentes para todo el mundo y es algo que no dejará indiferente a los ciudadanos de cada país, porque en esta batalla se juega la estabilidad de la cultura occidental, con todo lo que eso significa.