El Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos ha emitido una advertencia acerca de una nueva forma de fraude financiero relacionada con los Tokens No Fungibles (NFT), en la cual los delincuentes se hacen pasar por desarrolladores de NFT. Aunque se ha registrado una disminución en el número de delitos y robos de NFT, el FBI alerta sobre la sofisticación de estos nuevos esquemas.
Según el FBI, estos actores maliciosos están llevando a cabo sus operaciones de manera astuta, ya sea infiltrando los perfiles de desarrolladores legítimos en redes sociales o creando cuentas falsas que se asemejan notablemente a las auténticas.
A través de estas cuentas, los estafadores promocionan lanzamientos falsos de NFT con un enfoque agresivo en las redes sociales, utilizando frases que generan urgencia, como «suministro limitado» o «acuñaciones exclusivas».
Una vez que logran la atención de personas desprevenidas, los estafadores las dirigen a sitios web falsos mediante enlaces de phishing. Allí, las víctimas son incitadas a conectar sus billeteras de criptomonedas para adquirir activos digitales.
Esto, en realidad, resulta en la transferencia de criptomonedas y NFT a las billeteras controladas por los delincuentes. El FBI destaca que estos criminales también emplean mezcladores y exchanges de criptomonedas para ocultar sus huellas.
A pesar de esta alerta, los robos de NFT han estado disminuyendo. En julio, la firma de seguridad blockchain PeckShield reportó una reducción del 31% en el valor de NFT robados en comparación con el mes anterior. Sin embargo, es importante señalar que este descenso no refleja una disminución en la sofisticación de los ataques, sino más bien una posible disminución en su rentabilidad. Este hecho podría estar relacionado con la caída del valor de las colecciones más valiosas en el actual panorama del mercado.
Este nuevo enfoque de fraude en el ámbito de los NFT pone de relieve la importancia de mantener la vigilancia y adoptar medidas de seguridad proactivas en el mundo de las criptomonedas y los activos digitales.
En un entorno en constante evolución, la colaboración entre los usuarios, las plataformas y las agencias de seguridad se vuelve esencial para contrarrestar estas amenazas emergentes.